lunes, 4 de agosto de 2014

JLA 2014

Un año más he ido a esta maravillosas jornadas, donde muchos se quejan de que son un poco light en lo que a rol se refieren, pero creo que este año se ha subsanado esa parte, y mira que yo soy de los directores clásicos de estas jornadas, dirigiendo al menos una partida por día. Y este año no podía ser menos, ya que he dirigido tres partidas:
  • Asalto al tren del dinero: Una partida de Sin Piedad, en la cual los personajes deben de planear un asalto a un tren fletado por unos ganaderos que vuelven a su ciudad natal con la recaudación de la venta de las ferias del ganado, protegidos por cuatro marshalls... en ella los jugadores tardaron bastante en determinar un plan y no pudo terminarse... una lastima.
  • La reina de las mariposas: Partida de Shan Hu, donde los jugadores se enfrentaron a un dilema moral sin saber a quien defender... la frase de la partida fue... "gracias por matarme tio, me sentía sucio después de partirle el cuello a una niña de cuatro años..."
  • Mercenarios de la muerte: De nuevo para Sin Piedad, en la cual los jugadores son los protagonistas de la precuela de El bueno el Feo y el Malo.
De hecho me gustaría darle las gracias a todos los jugadores que he tenido en estas jornadas, han sido todos excepcionales, todos se lo han currado, me han hecho pasarlo genial y espero que el sentimiento sea recíproco.
Por otro lado el ambiente en las jornadas como siempre genial, con grandes amigos, encontrándome con gente que veo solo de año en año y gente a quien quiero un montón... (esto va dedicado a mi Lolo y Cia que me llevaron de tapeo el primer día, a la chica con la sonrisa más bonita de las jornadas, ya sabes Bea, a mi gran bebedor de Tanquereit Guille, al Niño, Gines, Ainur, Javi,  Gato... en fin para que andarnos con rodeos a todos...) 
Lo bueno que tienen estas jornadas no es solo la inmensa cantidad de juegos de mesa para ir solicitando y jugar, las actividades o el buen rollo entre la gente, lo mejor es sin duda que son un retiro, ya que compras en un centro comercial cercano un día y te refugias allí como si fuera aquello el centro penitenciario de Walking Dead, sin salir y sin saber nada de nada, el móvil en el apartamento y solo existe el estar allí, una autentica pasada.